El consejero delegado de Endesa, José Bogas, durante la celebración de la junta general de accionistas de la empresa en su sede en Madrid, ha aprovechado para mandar un recado al Gobierno por el límite en la inversión en redes eléctricas. «El crecimiento de la actividad industrial está encontrando muchas dificultades y cada vez hay más casos de empresas que, atraídas por la disponibilidad y los precios de la energía en España quieren instalarse en nuestro país y finalmente no es posible por las limitaciones regulatorias y los topes a la inversión que no permiten dimensionar y adaptar la capacidad de acceso de nuestras redes de distribución», aseguró Bogas.
Además, Bogas apuntó a que «invertir en redes es clave para dotarlas de resiliencia y nuevas capacidades digitales y que invertir en redes es crítico para que puedan dar cobertura a un modelo de generación y de consumo eléctrico distribuido. Sin redes dimensionadas y resilientes, no será posible la transición energética. Este punto es vital».
Para ello, Bogas hizo mención al sector de los centros de datos. «Estamos hablando de una industria que ve en España, por su localización y su mano de obra cualificada e infraestructuras eléctricas y de fibra, un lugar ideal para crecer de forma significativa. Sin embargo, la falta de capacidad de la red no permite llevarlo a cabo. Mientras en Irlanda el consumo eléctrico de los centros de datos está próximo al 20% del total de la demanda, en España solamente supone el 0,2%».
El tope en las redes
Según fuentes del sector, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, está impidiendo que la titular de Transición Ecológica, Teresa Ribera, reforme el actual límite legal que existe para invertir en las redes eléctricas. Una petición que llevan reclamando durante meses las eléctricas. Pero este objetivo obliga a una movilización de recursos económicos considerable por parte del Estado. Según el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima), se estima en 53.000 millones de euros para el año 2030.
Durante el gobierno de Mariano Rajoy, se aprobó el Real Decreto 1048/2013 que limitó el volumen anual de inversión de todas las distribuidoras eléctricas (Endesa, Iberdrola, EDP, Naturgy y Viesgo) en las redes del sistema. De esta forma, no se podría superar el 0,13% del PIB de cada año previsto por el Ministerio de Economía y así el Ejecutivo de por entonces sorteaba una sobreinversión de las eléctricas en redes, que más tarde cargarían a los consumidores en la factura de la luz.
«El problema es que ese 0,13% del PIB (teniendo en cuenta el del pasado año) representan 1.900 millones de euros. Es decir, que las cinco grandes compañías del sector, entre todas ellas, tienen ese límite anual para gastar, y están proyectando más de 50.000 millones de inversión para 2030″, apuntan diversas fuentes del sector energético.
La estrategia de Endesa
La compañía asegura que tiene capacidad para incrementar su compromiso de inversión en redes más allá del plan, alcanzando el nivel que contempla el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Pero para ello, apuntan, es necesario que la regulación de esta actividad mejore, que se alimenten los topes a la inversión y que la remuneración sea adecuada para que la inversión tenga una rentabilidad razonable. «La actual regulación en materia de distribución nos está haciendo perder oportunidades a nivel país para atraer empresas, talento y tejido industrial», señaló el consejero delegado durante su comparecencia.
Endesa prevé situar el resultado ordinario neto en el rango de 2.200-2.300 millones en 2026, con un ebitda (beneficio bruto) de 5.600-5.900 millones, y un dividendo por acción de 1,5 euros en este año. Por otro lado, se extiende un ejercicio más la ratio de pay out (porcentaje de los beneficios que una empresa destina a retribuir a sus accionistas) del 70% y se ofrece un dividendo mínimo garantizado de un euro durante todo el periodo del plan. El consejero delegado repasó, por otro lado, los pilares estratégicos de los años 2024-2026, dotado con 8.900 millones. Estos fueron «la rentabilidad y la flexibilidad de de las inversiones, la eficiencia de las operaciones y el control de costes para maximizar la generación de caja y, por último, la sostenibilidad financiera y ambiental».
En la parte de generación, Endesa ha puesto el foco en los dos únicos proyectos de transición energética puesta en marcha en la Península Ibérica (tanto en Andorra como Portugal). Sobre la oposición local que ha ido surgiendo con respecto a los proyectos renovables, Bogas defendió la gestión de su empresa y aseguró que «las distintas administraciones deben dar seguridad jurídica a las inversiones, para que se pueda avanzar en la descarbonización».