El fichaje estrella de ERC para las elecciones europeas, el meteorólogo de TV3, Tomás Molina, fue una de las noticias de la precampaña, pero sus opiniones personales empiezan a causar malestar en sectores del partido, que aseguran a este periódico que «ni siquiera se ha leído los programas electorales» de la formación. Molina, quien ha presentado durante muchos años el tiempo en los informativos de la cadena pública, ha decidido dar un salto a la política de la mano de ERC, pero no ha querido renunciar a sus posiciones por lo que respecta al cambio climático, los Juegos Olímpicos de Invierno o la energía nuclear. Y lo ha hecho con una visión matizada, o directamente opuesta, a la del partido con quien ahora se presenta como número dos a las elecciones de junio en el Parlamento Europeo.
El programa electoral de ERC de las últimas elecciones al Parlament, de 2021, hablaba explícitamente de aplicar las nuevas tecnologías para avanzar hacia un modelo «de descarbonización» y «desnuclearización» para reducir la «dependencia energética de Cataluña». Pero en una entrevista a Catalunya Ràdio, que se ha viralizado en las redes, el meteorólogo más mediático de la región se ha abierto a aceptar la energía nuclear. «Mi compromiso es hacer de lobby de Cataluña en Europa», dijo. Algunas críticas consideran que se ha abonado al discurso ahora hegemónico en la Unión Europea de «greenwashing», es decir, de considerar la energía nuclear una energía verde, como ha declarado recientemente el Parlamento Europeo. Habrá que esperar si en los programas electorales de ERC para los comicios comunitarios o autonómicos hay un nuevo enfoque respecto a esta energía. No obstante, hasta la fecha el partido se ha decantado por acelerar el cierre de las centrales nucleares.
Contra el discurso catastrofista
En dicha entrevista, así como en otras comparecencias suyas, también vio con buenos ojos los Juegos Olímpicos de Invierno y no comparte los postulados del ecologismo más radical que versan sobre una supuesta «emergencia climática». El hombre del tiempo de TV3 ha pasado a ser escrutado desde que se anunció su fichaje, y otra de las suspicacias que ha generado es que es miembro del consejo asesor de la multinacional Agbar, que gestiona el agua en Barcelona.
En el fragmento en la emisora pública que se ha viralizado explica que «cuando era pequeño en la carpeta llevaba la pegatina ‘nucleares, no gracias’, pero en la universidad, la respuesta de los jóvenes de 23 años, cuando les pregunto, es que no están en contra de la energía nuclear. Ni uno», afirma para dar a entender que hay que revisar algunas de las creencias que también a él lo acompañaban desde su juventud.
El meteorólogo también se posicionó a favor del macroproyecto del Hard Rock, una iniciativa lúdica y empresarial muy criticada por los ecologistas, y que fue la causa principal por la que los Comuns no apoyaran los Presupuestos de Pere Aragonès. La imposibilidad de sacar adelante las cuentas públicas precipitó el adelanto electoral.
En la misma línea, en una entrevista en Vilaweb de hace dos años se mostraba indignado con los discursos catastrofistas sobre el cambio climático: «Podemos ser razonablemente pesimistas, pero me enerva, y me siento responsable, que se haya dado a los jóvenes el mensaje de que no tienen futuro. ¡Es mentira! No habíamos vivido nunca tantos años ni con tanta calidad de vida».
¿Otro caso Puigcorbé?
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE temen que Molina sea una «nuevo caso Puigcorbé», en referencia al actor que fue concejal de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona y acabó denunciando ser víctima de acoso por parte de la dirección del partido. «Lo han querido vender con un experto en cambio climático cuando de experto no tiene nada, y según él mismo admitió, no tiene acabada de la tesis electoral», añaden estas fuentes.
«Sus declaraciones a favor de las olimpíadas de invierno le desacreditan, dentro de la sectorial de Medio Ambiente no se ha visto del todo bien su fichaje. Además, el eurodiputado Jordi Solé deberá dejar su labor en Bruselas por él», apostillan. Otra de las causas del malestar es que ha sido nombrado a dedo, sin haberse sometido a la votación de la militancia.